Uno de los mayores beneficios de la fertilización completa y equilibrada de los cultivos, además de aumentar los rendimientos de los cultivos y mejorar el potencial de ganancias de los agricultores, es su efecto sobre la materia orgánica del suelo.
Las fuentes de fertilizantes orgánicos e inorgánicos (minerales) contribuyen a la acumulación de materia orgánica en los suelos. Existe una idea errónea generalizada de que la agricultura orgánica es más respetuosa con el medio ambiente y mantiene mejores niveles de materia orgánica en el suelo. Sin embargo, no existe evidencia científica generalmente aceptada que respalde la superioridad de las fuentes de nutrientes de plantas orgánicas o inorgánicas. De hecho, los experimentos a largo plazo reunidos en todo el mundo indican que los rendimientos sostenidos y la productividad del suelo se pueden lograr con aplicaciones equilibradas de nutrientes, utilizando fertilizantes orgánicos y/o fertilizantes minerales producidos comercialmente.
Los fertilizantes orgánicos típicamente involucran residuos de plantas o estiércol de ganado. La cantidad de nutrientes que suministran por kilo al suelo nunca se puede medir con precisión. La agricultura orgánica es menos eficiente y produce rendimientos de cultivos más bajos que la agricultura con fertilizantes minerales. Esto se debe en parte a que los fertilizantes minerales suministran muchos más nutrientes esenciales por unidad que la materia orgánica.
Además, es difícil garantizar un equilibrio óptimo o calidad entre los nutrientes utilizando solo fuentes orgánicas. Por ejemplo, proporcionar suficiente nitrógeno para un cultivo mediante la aplicación de estiércol significaría agregar entre 4 y 5 veces más potasio y fósforo de lo que se necesita. La escorrentía puede contaminar las vías navegables y la vida que soportan.
A la inversa, los fertilizantes minerales se procesan químicamente para cumplir con los requisitos de los cultivos y pueden suministrar nutrientes para las plantas en cantidades exactas y científicamente formuladas. Los fertilizantes minerales generalmente son rentables, pero requieren una inversión inicial que puede ser difícil para los pequeños agricultores sin crédito. La precisión que ofrecen los fertilizantes minerales fabricados ayuda a superar la limitación de los fertilizantes orgánicos.
La mala gestión de los nutrientes de las plantas, ya sean fertilizantes orgánicos o como fertilizantes minerales, puede significar la pérdida de algunos nutrientes para el medio ambiente. Esto puede alterar el equilibrio de los ecosistemas naturales. Pero si un agricultor usa prácticas agrícolas apropiadas, el cultivo absorberá la mayoría de los fertilizantes aplicados adecuadamente.
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